La fiesta del columpio

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En Estonia, aunque sus habitantes se consideren de los menos creyentes en el mundo, la Pascua es una celebración popular. Lo peculiar de la Pascua en Estonia es la variedad de denominaciones que tiene. Algunos nombres son claramente cristianos, otros por supuesto paganos. Estos nombres se los traduzco literalmente:

Fiesta de la resurrección

Fiesta del huevo

Fiesta de comer carne

Fiesta del brote del sauce

Fiesta del columpio

Fiesta de la primavera

Después de haber pasado un largo período de ayuno en marzo, que en estonio antes denominaban así mismo “Mes del Ayuno” y que comenzó el Miércoles de Cenizas,  precedido por el reconfortante Martes de Carnaval, en el que se deslizaron por colinas nevadas y comieron opíparamente sopa de guisantes, panecitos dulces con crema batida o crepas, llega la hora en que ya se puede comer carne y tomar leche de nuevo.

Desde tiempos remotos, en el campo, para celebrar esta fiesta, las amas de casa servían una mesa rica en comida, esta comida antes de servirla, la llevaban a la iglesia y la bendecían. El primer huevo bendecido en la iglesia era guardado para todo el año, era un huevo santo. Cocinaban papilla de huevo, postre de requesón dulce llamado “pasha”, sopa de leche, áspic, mantequilla mezclada con huevo hervido, carne de vaca o de cerdo asada al horno. El plato principal en esta fiesta siempre fue y sigue siendo el huevo, el símbolo del inicio de la vida. Los huevos se tiñen con cáscaras de cebolla y se obtienen huevos de color marrón y amarillo, o con raíces de rábano picante para lograr huevos rojos, también con hojas frescas de abedul o con el musgo de las piedras para los huevos verdes. Los más creativos y pacientes, además de los niños, los decoran con dibujos. Por la cercanía geográfica hay costumbres que han sido adoptadas de la religión ortodoxa rusa y también porque hay regiones de Estonia que adoptaron la fe ortodoxa en el siglo XIX, aunque mayoritariamente, desde el siglo XVI, los estonios se convirtieron al luteranismo con la Reforma. Por eso, durante las pascuas, luteranos y ortodoxos e incluso los agnósticos, comemos  casi lo mismo.

Huevos y requesón son los productos más comprados durante Semana Santa. Los huevos se hierven, se pintan y el domingo de resurrección, cada cual con su huevo en mano, compite y trata de romper el huevo del vecino, el huevo que no se rompa es el ganador. Después hay que comerse el huevo. Los huevos pintados también se llevan de regalo o los intercambian. En fin, que se come tanto huevo, que después no quieres verlos ni pintados.


Ahora, qué tiene todo ésto que ver con el columpio. Con la llegada de la primavera, los pastorcillos se subían a la copa de los abedules jóvenes, o a los sauces o al aliso, y se columpiaban, luego apareció el columpio, un poco más seguro que la copa de un árbol. Los columpios del pueblo se construían en las colinas o al lado del pozo o del río, en lugares donde acostumbraban a reunirse los jóvenes. Los chicos construían, las chicas les traían de regalo guantes tejidos, pan con miel o huevos. Creían que columpiarse traería un buen verano, fertilidad a la tierra, mientras más alto se balanceaban con el columpio, más largo crecería el tallo de lino en el campo y más probable sería concebir hijos. Aprovechaban estas fiestas para hacer vida social y conocer al/la posible pretendiente.

Les deseo felices pascuas, huevos duros y una buena columpiada.


Aquí les dejo una de las variantes de “Pasha” que por esta vez,  no lleva huevo:

100 gramos de mantequilla

1 dl de azúcar

500 gramos de requesón

2 cdas de zumo de limón

1cdta de extracto de vainilla

100 gramos de pistachos o almendras en trocitos

100 gramos de pasas (o arándanos secos)

2 dl de crema para batir

Batir la mantequilla con el azúcar hasta lograr una crema blanca. Añadir el requesón a temperatura ambiente, limón, vainilla y frutos secos. Al final, añadir la crema batida. Mezclar bien. Verter esta mezcla en una vasija de cristal o molde previamente forrado con una gasa húmeda. Encima se puede poner un peso. Guardarlo al frío 24 horas. Vira la pasha en un plato y adórnala con alguna fruta o, si hay niños en casa, con gominolas.

Head isu! ¡Buen provecho!

 


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